PreparadoresAdif

Academia
TenTuPlaza

Curso Oposiciones Adif - ¿Dónde está tu hogar?

Recuerdo perfectamente el día que cerré expediente en la Escuela de Caminos y llegué a casa con una gran sensación de satisfacción, pero a la vez un sentimiento de miedo infinito. Mi pequeño mundo se desmoronaba: el paro por las nubes me obligaría a emigrar, las salidas de los jueves se acabarían, las partidas de mus en la cafetería también, los largos veranos en la playa y los viajes con los amigos ya no estaban garantizados. Venían cambios y eso recuerdo que me sumió en un profundo miedo.

En casa todos me esperaban para irnos a celebrarlo, pero yo realmente no tenía mucho que celebrar. Sí, había conseguido un gran objetivo, pero ya contaba con él y, sin embargo, no me había parado a pensar que no tenía ningún PLAN para después. Y eso me ardía por dentro. 

Los últimos años fueron un oasis de paz y felicidad, pero ahora: ¿debía dejar de ser el pequeño de la casa para ser un gran ingeniero? Miedo es la palabra que describe ese día y el resto de meses que lo sucedieron. Conversando con mi madre sobre mi futuro nunca olvidaré una de sus frases: “Hijo, tendrás que irte dónde tengas trabajo y ya harás tu hogar allí”

¿Mi hogar?, nunca me creí aquella frase del todo y quizás ese sea el motivo de que hoy esté preparando un Curso para Oposiciones mientras voy en AVE a Granada. Han pasado 6 años desde aquel momento y ahora no sé si seré un gran ingeniero pero al menos tengo un PLAN. Y creedme, se respira de otra manera.

Como muchos compañeros, me fuí a UK a comenzar mi carrera profesional. No voy a ensalzar ese movimiento puesto que lo considero más un paso casi obligado que buscado, seamos sinceros. También me salto la parte de ensalzar las “penurias” cuando estamos lejos, solos y en otro idioma, ¿acaso la vida no es eso también? Primero trabajé como Ingeniero de Estructuras en Exeter y después salté a Londres para trabajar como Ingeniero de Construcción en WSP para el High Speed 2.

Mi madre entonces empezó a usar otras frases del estilo: “Mi hijo trabaja en “La City, fíjate lo lejos que ha llegado”. Pero yo nunca sentí eso. Sí, estaba sobrepasando lo que pensaba que eran mis límites, pero ¿y qué? 

Pasaban los días, meses y años y aunque mi carrera crecía rápido, yo sentía que seguía sin encontrar ese plan y peor aún, empezaba a dudar de que aquel fuera mi lugar. Incluso empecé a darme cuenta que quizá estaba empezando a vivir la vida que otros querían para mí, pero no la que yo quería. Fueron noches en las que sin motivo aparente me despertaba de madrugada y me desvelaba. Una noche me hice la pregunta que me paralizó: ¿de verdad quiero que ésta sea mi vida y éste sea mi hogar? 

Al amanecer, la decisión estaba tomada: me volvía a España. Tenía que encontrar aquello que me moviera de verdad y sabía que lo que buscaba, no estaba allí.

Vuelta a la casilla de salida – por favor ved ese capítulo de “Pantomima Full” porque nada mejor retrata aquel momento de mi vida. Algunos lo veían como volver derrotado a casa 4 años después. Aquí prefiero ahorrarme lo que decía mi madre porque pasamos de “La City” al silencio absoluto. Sin embargo, y aunque volvía con la incertidumbre que acompaña nuestra profesión, muy en mis adentros yo ya tenía un PLAN y eso me daba poder, mucho poder. 

Me sentí poderoso porque por primera vez en mi vida no tomaba una decisión esperada por todo el mundo, más bien todo lo contrario. De un día para otro rompía con el rumbo que me habían marcado y empezaba a marcarlo yo, desde cero.

¿Qué cuál era ese PLAN? Ese PLAN tenía un nombre y luego tuvo hasta dos apellidos: Las oposiciones de Adif.

Decidí volverme y empezar a estudiar. En aquel momento no había cursos ni academias para estudiar las Oposiciones de Adif y me tocó investigar y montar un planning. Lo primero fue indagar las convocatorias anteriores en las páginas de ADIF y ADIF AV, y es lo primero que os aconsejo.

Trabajar, estudiar varios Máster y opositar a la vez no es fácil, pero cuando uno tiene ganas y sobre todo tiene un PLAN, el mundo a veces te ayuda, y ese fue mi caso. De seis plazas conseguí una y entonces sí, quise celebrar, porque podía haberme salido mal, pero cambié de rumbo, creí en mis decisiones y salió bien. La parte de la oposición la dejaremos para otro artículo, pero al final todo se resume en ganas y esfuerzo, por partes iguales.

Estoy seguro que algunos se sentirán muy familiarizados con esta pequeña parte de mi historia y otros en absoluto, pero lo único que realmente quisiera transmitir es que solo nosotros debemos decidir dónde está nuestro hogar. 

El hogar no solo es un lugar, es más bien una sensación de confort, de cariño hacia lo que haces en tu día a día, un sentimiento, un feeling de saber que estás donde tienes que estar y aún mejor, dónde quieres estar. Siempre he dicho que lo más complicado en esta vida es tomar decisiones y lo más fácil, dejarse llevar y que las tomen por nosotros. 

Os animo a ser poderosos, a buscar ese lugar que un día podamos llamar hogar, el mío parece que por ahora lo encontré y ya os dije su nombre y apellidos…